
Estás tumbada en la arena, el mar te sorprende, se cuela por debajo de tu cuerpo erizándote la piel. Recorre todas tus curvas, llega a todos tus huecos, al retirarse un cosquilleo consigue extremecerte. Te hundes levemente en la arena, las olas han tejido unos brazos cálidos y suaves. Esta vez estás preparada, te acoplas a él cuando te cubre por completo, aprietas los puños, el mar en su batir constante y tenaz se vuelve intenso, arqueas la espalda, una explosión te sacude. De repente nos descubrimos mirándonos, te muerdes suavemente el labio, tu voz inyectada en deseo relata la onírica escena mientras me besas transitando por mi cuerpo, tu boca percibe sabor a sal, a veces los sueños de hacen realidad.
Sal y agua transformadoras de saboreas al erotismo y emociones. Bello.
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