
Imagen tomada de Pinterest
¿Quién no quisiera?
Volver a esas miradas
de fuego
que llenaban de calor
nuestros cuerpos.
Volver a sentir la suavidad
de esas primeras caricias que estremecen la piel
y erizan el vello.
Probar por primera vez
esos labios que con tímidos besos
aprenden a juntarse
y saborean la esencia
de sus bocas.
Juegos sensuales
entre manos torpes que
no saben como deslizarse
por los nuevos escondites
del contrario cuerpo.
Encontrar los recovecos
del placer eterno
cuando dedos curiosos
buscan sin demora
la íntima exaltación del placer.
Quién pudiera
volver a ese instante profundo
de la entrega
y éxtasis de la vez primera.
Entre la música que marcan
los latidos de dos corazones desbocados,
de dos cuerpos que tiemblan
entre miradas curiosas por saberse.
Encontrarse entre sábanas que
no saben,
y se adaptan a las formas
y vientos del baile primero.
Quisiera volver a la primigenia danza,
al iniciático momento
de nuestro encuentro.
¡Quisiera!
aunque nunca nada,
vuelve a suceder de nuevo.
Aunque nunca nada,
cierre la puerta del deseo.